martes, 1 de mayo de 2012

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?



Blade Runner es una película del galardonado director Ridley Scott, famoso por su incursión en el cine de ciencia ficción con Alien en 1979. La película protagonizada por Harrison Ford nos lleva a la ciudad de Los Ángeles en un futuro distópico donde la humanidad ha creado vida artificial (llamados replicantes) tan parecida a la humana que es casi imposible distinguir uno del otro. Sólo hay dos pequeñas diferencias, un replicante tiene un periodo de vida limitado a no mas de cuatro años y además al ser creado, carece de emociones.
La historia gira entorno a un grupo de replicantes fugitivos quienes buscan a su creador con la esperanza de poder aumentar su periodo de vida mientras son buscados por un oficial especial de la policía, un blade runner, quien debe liquidarlos. 
Para todos aquellos quienes busquen una película plagada de momentos de acción debo decirles que este no es el caso, Blade Runner es mucho mas que una obra de ciencia ficción, es una obra que intenta definir  que es lo que nos hace seres humanos, ¿es la capacidad de razonar? un replicante es tan inteligente como cualquier persona ¿es acaso la emotividad? si bien un replicante al "nacer" no tiene emociones, al desarrollar su vida es capaz de crearlas, o por lo menos algo muy parecido a los sentimientos, si un replicante es capaz de sentir, ¿qué nos da el derecho de liquidarlo? ¿acaso una vida sintética vale menos que la de otro ser vivo?
Es por esta clase de cuestiones que Blade Runner sobrepasa su estatus como película y trasciende, se vuelve algo más, una crítica a la vida misma, en un mundo donde la máquina busca sobrevivir a toda costa y el humano no hace nada mas que destruirse a sí mismo y a su entorno ¿quién tiene el mayor derecho a un futuro?
Una vida marcada por un tiempo definido hacen que las experiencias de un replicante se vuelvan su única forma de sobrvivir, pero si no tiene nadie a quién transmitirle su conocimiento ¿acaso valió la pena? todos esos momentos, perdidos, como lágrimas en la lluvia.
En su estreno esta película no fue un gran éxito, a decir verdad, fue considerada un fracaso; pero al paso del tiempo se ha logrado convertir en una de las mejores piezas del cine, una verdadera obra maestra, una obra de culto, una obra de arte.



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