domingo, 15 de julio de 2012

Con una gran franquicia viene una gran cantidad de reboots


Después del fracaso cinematográfico que significó para el estudio Sony la tercer película del trepamuros favorito de todos, quedó claro que una cuarta parte no figuraba dentro de los rangos de importancia del estudio, así que después de ver a Tobey Mguire, Kirsten Dunst y J.K Simmons durante tres largometrajes de spider-man se anunció con bombo y platillo que la saga sería reiniciada, o como se le conoce comúnmente en el mundo del cómic, habría un reboot, al escuchar esto los fans estuvieron más que preocupados, y con justa razón, pues la primer adaptación data del 2002 y volver a narrar el origen parecía un desperdicio; en pocas palabras, nadie tenía fe en la película.
No quedó de otra mas que resignarse a un adiós de Sam Raimi de la dirección y contemplar la búsqueda de un nuevo director para el cabeza de red, Sony buscaba sangre nueva así que decidió contratar al novato Marc Webb, quien tan solo había dirigido una película y no precisamente del género superheróico, su primer largometraje fue (500) Days Of Summer, una comedia rómantica indie, nada que ver con el género que tendría que abordar en esta ocación.

Teniendo director y guión (a cargo de James Vanderbilt), se seleccionó a los actores principales: Andrew Garfield como Spider-Man y Emma Stone como Gwen Stacy, el villano en esta ocasión sería alguien nuevo se eligió al lagarto como el antagonista, interpretado por Rhys Ifans. Todo un elenco nuevo, el proyecto despertaba nerviosismo al fandom, pues respetaban el trabajo de Raimi en las dos primeras partes, y le auguraban un destino igual o peor al de la tercera parte a esta cinta.


Hay que mencionar que el origen de Spider-Man lo conocemos todos, así que es un poco innecesario gastar metraje de película en contarnos una historia que ya sabemos aún si lo estas haciendo de forma diferente a la cinta predecesora, los elementos básicos son iguales, se pudo haber cambiado un poco de origen por un mejor desarrollo del villano. Marc Webb hace un trabajo bueno bajo los mandos de dirección de esta película, siendo en este caso uno de los puntos mejores desarrollados la relación de Parker con Gwen Stacy. El punto débil de esta película radica en su villano, el lagarto es una buena opción para ser llevada a la pantalla, pero en este caso se quedó corto en cuanto a las expectativas, si bien el desarrollo que tuvo Curt Connors fue el adecuado, su versión reptiliana es hasta cierto punto decepcionante; su plan parece algo salido de un programa de comedia (transformar a la población de Manhattan en lagartos), pero sobre todo el fallo mas grande de este personaje es su diseño, el lagarto que todos conocemos se parece mucho más a un reptil que a una persona, en esta versión cinematográfica, tiene una semblanza muy grande con la de una persona; además el tiempo que tiene en pantalla es demasiado reducido.
En cuanto al desarrollo de la acción hay que aplaudir el hecho de que las peleas perdieron el cgi excesivo que vimos en la trilogía de Raimi, los movimientos de Spider-Man son mucho más ágiles y los movimientos de la cámara son los adecuados para sacarle toda la ventaja posible al 3-D.
¿Y el veredicto final de esta cinta? pues es sencillo, la película es aceptable, nada mas que eso.